
A pesar del avance de la mujer en todos los aspectos de la sociedad española, en el aspecto deportivo aún queda lejos la igualdad con los hombres.
Es cierto que en la participación de la mujer en competiciones deportivas, así como en el deporte popular, los progresos y el incremento de mujeres es muy importante y además resulta más que evidente, ligado tanto a la superación de barreras sociales, como a una mayor preocupación por la salud y el bienestar físico. Además, las administraciones y organismos correspondientes también han fomentado la participación de la mujer y la creación de clubes y secciones femeninas .Todo ello con el apoyo de planes y programas de fomento de la práctica del deporte entre las mujeres
Así pues, se ha fomentado la igualdad en la práctica deportiva, pero esa igualdad no ha llegado, y tampoco se ha procurado que llegue, a otros campos del deporte, principalmente la organización y dirección deportiva, y la atención de los “mass media“, de los medios de comunicación.
La desproporción existente entre hombres y mujeres en la parcela técnica del deporte (entrenadores, preparadores, etc.) no es acorde con lo que representa la mujer en la sociedad actual. Mucho menos en los aspectos organizativos (apenas existen presidentas y directivas de clubes deportivos, y tan sólo una mujer es presidenta de una federación española de un deporte olímpico). Todavía persiste una visión paternalista de la organización deportiva, y frente a esa visión las administraciones nunca han fomentado la entrada de la mujer en esas esferas, superando barreras y prejuicios que sí se han sobrepasado en la práctica del deporte.
En segundo lugar, la atención de los medios de comunicación al deporte femenino es mínima. Sirva como ejemplo, esta Copa de la Reina, que apenas ha ocupado espacio en los medios deportivos nacionales, frente a otras noticias, incluso del balonmano masculino, de mucha menor entidad (evidentemente, este no ha sido el caso en los medios de comunicación locales). Es necesario que los medios de comunicación sigan y atiendan al deporte femenino mucho más, puesto que su “indiferencia” para con el deporte femenino no favorece ni la promoción ni la superación de ciertas barreras y etiquetas machistas que todavía perduran en el deporte.
Desde las administraciones se debe fomentar el deporte femenino como instrumento pedagógico para el fomento de la igualdad y la promoción de dichos valores. Se debe introducir en las políticas municipales del deporte esos valores de igualdad y el consiguiente apoyo al deporte femenino, para favorecer, no sólo la práctica, si no también que las mujeres ocupen puestos técnicos y deportivos que enriquezcan al conjunto del deporte, y por extensión, al conjunto de la sociedad
Así pues, fomentar el deporte femenino es fomentar los valores de igualdad que se extienden en nuestra sociedad actual
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